Bajo unos pies desnudos
impíos de patear batallas,
rezonga el ardiente asfalto
abrasando incauta planta.
Tras un bochorno impávido
de canícula embriagada,
divagan mis pensamientos
entre olas de mar y playa.
Paseando semidesnuda
sobre la arena empapada,
refrescando así mil dudas
que el calor me suscitaba.
Dejo huella en esta vida
como en la arena, surcada,
con mis pies marcando el paso
y la mente liberada.
Que tus pies han dejado huella y la dejarán siempre es algo ...una constante que sabemos quienes te conocemos aunque tan solo sea un poco. Que esas huellas serán seguidas es un hecho. Que tus vivencias han sido eco de libros, son ecos de poemas, ecos de muchas vivencias tristes como tantas otras intensas.
ResponderEliminarUn poema que no necesita elogios. Es simplemente tú.
Un abrazo Julia.
Gracias princesa, por el mensaje tan emotivo y bonito que me dedicas.
ResponderEliminarSiempre es un lujazo leer tus pensamientos, tus escritos, tus sentimientos. Cada vez que me encuentro uno de ellos en mi blog, no puedo más que agradecerte que estés ahí siempre, apoyándome y alegrándote de mis pequeños logros.
Muchas gracias amiga mía.
Un besazo enorme.