Hoy doy gracias al mundo
por acogerme en su seno,
por regalarme los sueños
que han de venir fecundos.
Doy gracias por ese mar
azul profundo y distante,
alejando así al causante
que intentó mi alma dañar.
Gracias por todos los campos,
por sus montes y laderas,
de flores en las praderas
y de pasto en los llanos.
Por ese manto de nubes
que coronan nuestras vidas,
por las estrellas tendidas
que en la oscuridad sucumbe.
Por la luz del nuevo día,
por las lluvias y los soles,
los arco iris de amores
que nos llenan de energía.
Gracias por sentirme plena
del cariño de mi gente
por tener siempre presente
la armonía aqui en mis venas.
(Incluido en el poemario:
Tan sólo una caricia)
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